La pared de fuego






El dolor y el odio es igual que el fuego.

¿Saben que es lo verdaderamente triste en estos momentos? la poca empatía por la vida humana.
Estamos ante un accidente de grandes escalas, uno a fuerza de acción y reacción, uno que se vio venir a lo lejos. Desde la línea divisoria del campo en el que estaba enterrado aquel gasoducto, hasta cada uno de nuestros hogares al enterarnos de la "fiesta de rapiña" que se estaba llevando a cabo. Una donde, al final, fuimos testigos del mismo infierno que se desato en forma de gigantesca columna de fuego. Como en las letras del libro sagrado o en cualquier cuento de aquellos autores de la literatura de terror que tanto nos gustan.

Sólo que esta vez hubo consecuencias fatales.

¿Saben que es lo verdaderamente cabrón?

Las burlas, la saña, la justificación con la que hacen (o, hacemos) mofa de la tragedia.
Buscamos desesperadamente un porqué que terminamos esparciendo odio y risas a costa de otros. Estoy muy lejos de justificar el robo, el oportunismo y la estupidez, pero ha dolido más ver a las personas estar lejos de la empatía hacia el dolor ajeno.

Tragedia es tragedia y se quedará marcado en nuestros libros de historia. Mi corazón con aquellas familias que perdieron a alguien por un acto de poca sensatez, de estupidez momentánea, de mentalidad humana retrasada por mil años al simple y vil acto de robar.

No hay mucho más por decir y menos por hacer, pero ruego que de este horrendo caos, aprendamos algo valioso. Algo sensato.

México y su gente son mucho más grandes que esto…

Lo demostramos una y cientos de veces antes, hagamos lo mismo hoy.

Buena noche.

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