Todo se ve hacia dentro
Anoche te soñé Los mismos ojos y la misma sonrisa que me conquistó. Pero la historia era diferente. Esta vez eramos amigos, aún después de todo lo que ya habíamos pasado juntos. Y vivíamos tan cerca que con el simple hecho de asomarme por la ventana de mi estudio podía verte, al cruzar la calle, atenta, concentrada, trabajando en tus cosas. Sentías mi mirada, alzabas la vista y sonreías. Te escribía y respondías, siempre a diario. "Puedo verte" era el titulo en el primer correo. "Lo sé, Carajo, todo se ve hacia dentro" respondías. Ambos son reíamos viendonos directamente a través de las ventanas y levantando la mano a modo de saludo. Tu, sonriendo, presumiendo tus dientes grandes y tus ojos cafés con forma ovalada, tu piel morena y tu cabello excesivamente corto. Yo, en frente, sonriendo como la primera vez que te vi, mientras tomaba café. Fue difícil desprenderme de ti. Aceptar que te habías ido. Caminar a todos lados con la sensación d