Farewell, my love.
Hoy, por la mañana, desperté con esa sensación que deja el cambio inminente, esa que te hace sentir una emoción de confianza y plenitud, pero al mismo tiempo un ligero dolor en el pecho. Hoy tenía que despedirme de mi familia de trabajo. Los mismos con los que me desvelé, tanto trabajando como loco para sacar adelante un proyecto, como tomando cerveza como unos monos salvajes, entre planes concretos a otros que nunca llegaron a realizarse. Tan sólo el llegar a la oficina, por la mañana, ya la podía sentía distinta, impropia está vez. Pues tantas otras mañanas, desde el inicio, que llegaba como si fuera mi hogar, pensando en lo que me deparaba el día, entre nerviosismo y emoción; hoy fue una mezcla de resignación y amor. Vi cada pared, cada nuevo arreglo, cada detalle y cada rincón para no olvidarlo. Intenté hacer reír cuanto pude a mis compañeros de diferentes departamentos, y si, también hacerlos renegar. Nos llenamos de abrazos, despedidas desde temprano y amenaz