Abajo, tan arriba.

    



 - Tuve nuevamente ese sueño extraño, ¿sabes? Ese en donde estoy cayendo, en medio de una           absoluta oscuridad, dentro de un azul profundo.
Caía con una gracia lenta, como si el tiempo se hubiera detenido, todo estaba confuso, intentaba moverme de la posición en la que estaba, pero era imposible.
Entonces vinieron los truenos.
Las luces destellantes me hicieron ver donde estaba cayendo, aquel espacio tan enorme, me pareció confuso y al mismo tiempo tan familiar. Quise hablar, gritar, pero todo lo que pude ver eran las palabras salir de mi boca en forma de burbujas, mi comprensión del lugar fue absoluta.
No caía en un bastó cielo nocturno, sino en las más oscuras profundidades del mar y lo comprobé cuando otro trueno se alzó sobre los cielos acuáticos, y pude ver un sin fin de criatura marinas moviéndose como extrañas sombras. Cientos y miles de peces navegando sin ruta, mantarrayas dando rodeos, un par de ballenas nadando en las distancias, llamando a los suyos con sus coros melódicos submarinos.
Pero seguía cayendo, cada vez más profundo... Cada vez más oscuro. Luego, en el cielo fuera del reino marino, un nuevo relámpago dejó ver su poderío y entonces vi, en su más grande magnificencia, un gran ser escondido en las profundidades. Su piel parecía una antigua ciudad en ruinas, sus escamas parecían castillos, sus ojos, los seis de ellos, parecían hogueras encendidas, escuché lo que bien podría ser un llamado, una orden o un grito, todo al mismo tiempo, entonces se movió, y el mar entero se estremeció y después desperté.
Al salir del sueño siempre estoy empapado, como si realmente hubiera estado ahí, y mi habitación, Dios, olía a mar salado y pez crudo.
Debes creer que estoy loco, ¿no?
- Loco, no, tienes mucha imaginación
- Si, creo que si... Es solo que, sigo pensando en ese sueño, tan real.
- Los sueños no son sino la re interpretación de las experiencias vividas y mezcladas del día a día.
- Si... Bueno... Tu eres el experto.
- je.. Claro, ¿te parece si continuamos en la siguiente sesión?
- Claro, claro.

Salí del consultorio y el cielo prometía una nueva tormenta. El terapeuta dijo que era mi imaginación, pero, allá arriba, entre las nubes, sigo viendo sus ojos y por momentos, cuando las luces de los relámpagos iluminan el cielo, puedo ver su imponente figura siguiéndome.
Imaginación. Si, claro, solo debe ser eso. Aunque esos ojos me sigan a donde quiera que vaya.


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